Levantarse a las 8 de la mañana un martes de otoño (casi invierno) para ir a conocer las especies que viven en la playa, no cuesta tanto como ir a la oficina. ¡Si no os lo creéis, probadlo! A pesar de los escasos 10 grados de temperatura que tenemos en el País Vasco estos días, nos decantamos por elegir una mañana sin lluvia (¡menos mal!) para ir a ver, oír, tocar, oler e incluso probar (¡sí, así de animadas somos!) algunas de las especies marinas que viven en la zona intermareal. Con los cinco sentidos agudizados, emprendemos esta aventura una mañana cualquiera en la costa.
Inciso explicativo: ¿QUÉ ES LA ZONA INTERMAREAL?
Llamamos Zona Intermareal a esa franja de la costa que es cubierta y descubierta por el mar y es producto de las mareas. Esta zona se extiende desde el nivel más alto al que pueden llegar las olas durante el período de marea alta, hasta el nivel más bajo que puede llegar el mar. Por encima de ella, se encuentra la Zona Supralitoral, a donde llegan las salpicaduras del mar, y por debajo, está la Zona Sublitoral, que nunca queda a descubierto.
Por fin nos decidimos a salir, a hacer esta excursión nuestra, propia, con la presencia del Biólogo marino y creador de Agua Sin Plásticos, Alberto Santolaria. Junto a él, el equipo de Magic Tides (Window to the sea) hemos salido a la playa de Arrigunaga (Getxo, Vizcaya) a pasar una mañana realmente interesante y emocionante. Hemos descubierto un mundo marino desconocido lleno de estrategias para sobrevivir en un entorno tan cambiante como es la zona intermareal. ¡Increíble!
“La gente no lo aprecia porque en realidad no lo conoce” – Alberto Santolaria, Biólogo marino
Ha resultado una experiencia alucinante el hecho de conocer que hay mucha vida en la playa; no solo es arena, agua y rocas. Mucha vida más allá de lo que nuestros ojos pueden ver… Existen cantidad de especies (y no hablamos solo de peces) que no conocemos y muchas sobreviven según la temperatura, como las algas.
Hoy hemos conocido que hay tres tipos de algas en nuestras costas y, dentro de ellas, pueden llegar a existir más de 300 especies distintas que habitan en una sola playa. Los tres grandes grupos los diferenciamos por el color: algas verdes, algas rojas y algas pardas. La siguiente clasificación, la haremos por la temperatura de las aguas donde pueden habitar: frías, templadas o cálidas. La costa vasca se considera agua templada porque la temperatura del mar oscila entre 11 (en invierno) y 22 grados (en verano).
¡Y sí! Eran tan bonitas todas esas especies nuevas para nosotras que nos hemos ido encontrando en la playa de Arrigunaga, que hemos decidido probar un alga. Literal: Alberto nos ha animado a probar una Coralina, un alga roja, repleta de carbonato cálcico. Sorprendentemente, no sabía mal. Que no cunda el pánico: no la hemos comido ni tragado, solo queríamos comprobar su composición ¡y estaba crujiente! Lo mejor de todo es que la presencia de esas algas coralinas es un indicativo de que hay poca contaminación y el agua está limpia. ¡Ojalá aumenten las algas en esa zona y eso será una buena señal!
Un dato a tener en cuenta de importancia para el ecosistema marino es que está desapareciendo un alga muy importante de la costa vasca: el gelidium. Esto sucede debido al cambio climático; el agua se está calentando y no puede sobrevivir a esas temperaturas. Por si esto no fuera poco, al desaparecer el gelidium, siempre hay unas algas que aprovechan esas malas condiciones ya que ellas sí pueden sobrevivir; entran aquí en juego las llamadas algas “oportunistas”. ¡Al parecer están por todas partes en el País Vasco!
Nos ha sorprendido mucho una especie en concreto: las lapas. Resulta que además de ser herbívoras, se mueven poco a poco para conseguir su alimento y no están simplemente posadas en la roca. Si hiciésemos un time lapse de su día a día, veríamos los centímetros que se pueden desplazar a lo largo y ancho de una roca, comiéndose a su paso las algas que encuentre. ¡Interesante!
Las lapas comen de noche por un simple motivo: si durante el día se mueven de su roca, no tienen forma de recuperar el agua que están perdiendo por avanzar. Por eso, lo hacen a la noche, porque la marea está alta y de esta manera se pueden mover con el agua, con la marea, sin deshidratarse. Listas estas lapas…
Así mismo, hemos aprendido que los mejillones son filtradores y se unen en grupo en una roca. Os podemos decir que ahora sabemos cómo diferenciar a los organismos que viven en el mar, agrupándolos en dos grupos: pelágicos (son las especies que viven en la columna de agua, viven flotando, se mueven) o bentónicos (son las especies que viven fijas en el fondo marino, como las algas). Y como último dato, diremos que en las charcas que forma la marea al bajar, ¡sobreviven más de 200 especies!
¡Qué increíble la rasa! ¡Qué asombrosa la vida de la zona intermareal! Ojalá todo el mundo tuviera la oportunidad de vivir de primera mano esta vivencia y aventura del ecosistema marino, que se puede dar en cualquier playa con rocas… El equipo de Magic Tides (Window to the sea) hemos aprendido grandes cosas sobre la vida en la playa, en la rasa, donde realmente cohabitan miles de especies y son verdaderos supervivientes.